¿Quieres Preguntar, opinar, debatir? Tenemos un nuevo
Foro más ágil y con mejores herramientas de conversación. |
Regístrate y Participa |
FORO |
| |
Este
espacio lo dedica el Sitio Sinarquista a la dimensión espiritual y religiosa
del hombre. Desde la postura de que los humanos somos seres que nos
comunicamos por naturaleza. Y hay que conocer para comunicar. Esperamos que
estos textos sobre religión y espiritualidad ayuden al diálogo, y éste, a la
realización plena de lo humano, propósito de la filosofía y práctica
sinarquistas. Invitamos a quien quiera aportar nos envíe sus artículos y
ensayos. |
Entrevista a Juan Pablo II. "Tomado de En
el Umbral de la Esperanza."
Los hombres esperan de las diversas religiones la respuesta a los
enigmas de la condición humana: sentido y fin de la vida, el bien, el dolor, el
camino para la verdadera felicidad...
PREGUNTA
Pero si el Dios que está en los cielos, que ha salvado y undo, es Uno solo y es
El que se ha revelado en Jesucristo, ¿por qué ha permitido tantas religiones?
¿Por qué hacernos tan ardua la búsqueda de la verdad en medio de una selva de
cultos, creencias, revelaciones, diferentes maneras de fe, que siempre, y aún
hoy, crecen en todos los pueblos?
RESPUESTA
Usted habla de «tantas religiones». Yo, en cambio, intentaré mostrar qué es lo
que constituye para estas religiones el elemento común fundamental y la raíz
común.
El Concilio definió las relaciones de la Iglesia con las religiones no
cristianas en la Declaración conciliar que comienza con las palabras Nostra
aetate («En nuestro tiempo»). Es un documento conciso y, sin embargo, muy rico.
Se halla contenida en él la auténtica transmisión de la tradición; cuanto se
dice en él corresponde a lo que pensaban los Padres de la Iglesia desde los
tiempos más antiguos.
La Revelación cristiana, desde su inicio, ha mirado la historia espiritual del
hombre de una manera en la que entran en cierto modo todas las religiones,
mostrando así la unidad del género humano ante el eterno y último destino del
hombre. La declaración conciliar habla de esa unidad al referirse a la
propensión, típica de nuestro tiempo, de acercar y unir la humanidad, gracias a
los medios de que dispone la civilización actual. La Iglesia considera el empeño
en pro de esta unidad una de sus tareas: «Todos los pueblos forman una
comunidad, tienen un mismo origen, puesto que Dios hizo habitar a todo el género
humano sobre la faz de la tierra; y tienen también un solo fin último, Dios,
cuya providencia, manifestación de bondad y designios de salvación se extienden
a todos. [...]
Los hombres esperan de las diversas religiones la respuesta a los recónditos
enigmas de la condición humana, que ayer como hoy turban profundamente el
corazón del hombre: la naturaleza del hombre, el sentido y el fin de nuestra
vida, el bien y el pecado, el origen y el fin del dolor, el camino para
conseguir la verdadera felicidad, la muerte, el juicio y la retribución después
de la muerte y, finalmente, el último e inefable misterio que envuelve nuestra
existencia, de donde procedemos y hacia el que nos dirigimos. Desde la
antiguedad hasta nuestros días, se halla en los diversos pueblos una cierta
sensibilidad de aquella misteriosa fuerza que está presente en el curso de las
cosas y en los acontecimientos de la vida humana, y a veces también se reconoce
la Suprema Divinidad y también al Padre. Sensibilidad y conocimiento que
impregnan la vida de un íntimo sentido religioso. Junto a eso, las religiones,
relacionadas con el progreso de la cultura, se esfuerzan en responder a las
mismas cuestiones con nociones más precisas y con un lenguaje más elaborado» (Nostra
aetate, 1-2).
Y aquí la declaración conciliar nos conduce hacia el Extremo Oriente. En primer
lugar al este asiático, un continente en el cual la actividad misionera de la
Iglesia, iniciada desde los tiempos apostólicos, ha conseguido unos frutos, hay
que reconocerlo, modestísimos. Es sabido que solamente un reducido tanto por
ciento de la población, en el que es el continente más grande del mundo,
confiesa a Cristo.
Esto no significa que la tarea misionera de la Iglesia haya sido desatendida.
Todo lo contrario, el esfuerzo ha sido y es cada vez más intenso. Pero la
tradición de culturas muy antiguas, anteriores al cristianismo, sigue siendo en
Oriente muy fuerte. Si bien la fe en Cristo tiene acceso a los corazones y a las
mentes, la imagen de la vida en las sociedades occidentales (en las sociedades
que se llaman «cristianas»), que es más bien un antitestimonio, supone un
notable obstáculo para la aceptación del Evangelio. Más de una vez se refirió a
eso el Mahatma Gandhi, indio e hindú, a su manera profundamente evangélico y,
sin embargo, desilusionado por cómo el cristianismo se manifestaba en la vida
política y social de las naciones. ¿Podía un hombre que combatía por la
liberación de su gran nación de la dependencia colonial, aceptar el cristianismo
en la forma que le era presentado precisamente por las potencias coloniales?
El Concilio Vaticano II ha sido consciente de tales dificultades. Por eso, la
declaración sobre las relaciones de la Iglesia con el hinduismo y con las otras
religiones del Extremo Oriente es tan importante. Leemos: «En el hinduismo los
hombres investigan el misterio divino y lo expresan mediante la inagotable
fecundidad de los mitos y con los penetrantes esfuerzos de la filosofía; buscan
la liberación de las angustias de nuestra condición, sea mediante formas de vida
ascética, sea a través de la profunda meditación, sea en el refugio en Dios con
amor y confianza. En el budismo, según sus varias escuelas, se reconoce la
radical insuficiencia de este mundo mudable y se enseña un camino por el que los
hombres, con corazón devoto y confiado, se hagan capaces de adquirir el estado
de liberación perfecta o de llegar al estado de suprema iluminación por medio de
su propio esfuerzo, o con la ayuda venida de lo alto» (Nostra aetate, 2).
Más adelante el Concilio recuerda que «la Iglesia católica no rechaza nada de
cuanto hay de verdadero y santo en estas religiones. Considera con sincero
respeto esos modos de obrar y de vivir, esos preceptos y esas doctrinas que si
bien en muchos puntos difieren de lo que ella cree y propone, no pocas veces
reflejan un destello de aquella Verdad que ilumina a todos los hombres. Pero
Ella anuncia y tiene la obligación de anunciar a Cristo, que es ..camino, verdad
y vida» (Juan 14,6), en quien los hombres deben encontrar la plenitud de la vida
religiosa y en quien Dios ha reconciliado Consigo mismo todas las cosas» (Nostra
aetate, 2).
Las palabras del Concilio nos llevan a la convicción, desde hace tanto tiempo
enraizada en la tradición, de la existencia de los llamados semina Verbi
(«semillas del Verbo»), presentes en todas las religiones. Consciente de eso, la
Iglesia procura reconocerlos en estas grandes tradiciones del Extremo Oriente,
para trazar, sobre el fondo de las necesidades del mundo contemporáneo, una
especie de camino común. Podemos afirmar que, aquí, la posición del Concilio
está inspirada por una solicitud verdaderamente universal. La Iglesia se deja
guiar por la fe de que Dios Creador quiere salvar a todos en Jesucristo, único
mediador entre Dios y los hombres, porque los ha redimido a todos. El Misterio
pascual está igualmente abierto a todos los hombres y, en él, para todos está
abierto también el camino hacia la salvación eterna.
En otro pasaje el Concilio dirá que el Espíritu Santo obra eficazmente también
fuera del organismo visible de la Iglesia (cfr. Lumen gentium,13). Y obra
precisamente sobre la base de estos semina Verbi, que constituyen una especie de
raíz soteriológica común a todas las religiones.
He tenido ocasión de convencerme de eso en numerosas ocasiones, tanto visitando
los países del Extremo Oriente como en los encuentros con los representantes de
esas religiones, especialmente durante el histórico encuentro de Asís, en el
cual nos reunimos para rezar por la paz.
Así pues, en vez de sorprenderse de que la Providencia permita tal variedad de
religiones, deberíamos más bien maravillarnos de los numerosos elementos comunes
que se encuentran en ellas.
Llegados a este punto sería oportuno recordar todas las religiones primitivas,
las religiones de tipo animista, que ponen en primer plano el culto a los
antepasados. Parece que quienes las practican se encuentren especialmente cerca
del cristianismo. Con ellos, también la actividad misionera de la Iglesia halla
más fácilmente un lenguaje común. ¿Hay, quizá, en esta veneración a los
antepasados una cierta preparación para la fe cristiana en la comunión de los
santos, por la que todos los creyentes -vivos o muertos- forman una única
comunidad, un único cuerpo? La fe en la comunión de los santos es, en
definitiva, fe en Cristo, que es la única fuente de vida y de santidad para
todos. No hay nada de extraño, pues, en que los animistas africanos y asiáticos
se conviertan con relativa facilidad en confesores de Cristo, oponiendo menos
resistencia que los representantes de las grandes religiones del Extremo
Oriente.
Estas últimas -también según la presentación que hace de ellas el Concilio-
poseen carácter de sistema. Son sistemas cultuales y, al mismo tiempo, sistemas
éticos, con un notable énfasis en lo que es el bien y en lo que es el mal. A
ellas pertenecen ciertamente tanto el confucionismo chino como el taoísmo; Tao
quiere decir verdad eterna -algo semejante al Verbo cristiano-, que se refleja
en los actos del hombre mediante la verdad y el bien morales. Las religiones del
Extremo Oriente han supuesto una gran contribución en la historia de la
moralidad y de la cultura, han formado la conciencia de identidad nacional en
los habitantes de China, India, Japón, Tíbet, y también en los pueblos del
sudeste de Asia o de los archipiélagos del océano Pacífico.
Algunos de estos pueblos tienen culturas que se remontan a épocas muy lejanas.
Los indígenas australianos se enorgullecen de tener una historia de varias
decenas de miles de años, y su tradición étnica y religiosa es más antigua que
la de Abraham y Moisés.
Cristo vino al mundo para todos estos pueblos, los ha redimido a todos y tiene
ciertamente Sus caminos para llegar a cada uno de ellos, en la actual etapa
escatológica de la historia de la salvación. De hecho, en aquellas regiones
muchos Lo aceptan y muchos más tienen en Él una fe implícita (cfr. Hebreos
11,6).
]
Fuente: Revista Forja. Autor: Sergio
Estrada.
[La Resistencia Islámica
Islam en Resistencia
En física se llama resistencia a la acción que se opone a otra acción que
pretende desplazar, romper. En la Historia, reisitir es lo que hace una Cultura,
un Pueblo que ve como su forma de vivir, su pensamiento, su arte, su destino, su
territorio...es usurpado, es corrompido. En nuestros días, los Palestinos han
visto como el Poder Capitalista bajo los ejércitos de Israel, Estados Unidos E
inglaterra, han hecho la guerra contra su destino, contra su territorio, contra
su forma de ser, pensar y vivir.
Los mexicanos recordamos las "aventuras" colonialistas de los Franceses y los
norteamericanos.
Aquellos fueron expulsados, éstos, los norteamericanos, se robaron la mitad de
nuestro territorio.Son un Imperio que tiene poder de confundir, mentir, hacer
perder la Memoria Histórica de nuestros pueblos. El Sinarquismo vino a advertir
a los Pueblos Latinoamericanos que su Ser como Pueblo estaba en peligro. Hoy
repite la Advertencia. El Imperialismo financiero-militar-político está en
apogeo. La globalización es una mentira. Es puro neocolonialismo.
¿Estados Unidos retirará sus basureros radiactivos de la Frontera Mexicana?¿la
Ultraderecha Gringa dejará de asesinar migrantes mexicanos?...Es verdad que
nuestro gobierno es soberano?
No lo sabemos...Igual los Palestinos que aún se preguntan si la Democracia que
dicen defender los Británicos y Norteamericanos vale también para ellos...
Lo que sí es seguro, es que el Capitalismo corromperá dirigentes, comprará
conciencias, polucionará la tierra, destruirá culturas, mercantilizará
religiones...como la Bestia Apocalíptica va pisando y envenenando naciones y
gentes...y si alguien se opone ...tiene sus misiles y bombarderos y un Líder del
Mundo Civilizado: Mr. Bush Jr.
Resistencia Palestina, resistencia Latinoamericana...Resistamos al Imperialismo
Mujeres y Hombres dignos de todo el Mundo.
Hagamos una Nueva Sociedad, nosotros los sinarquistas apoyamos las luchas de los
Pueblos por su soberanía y su autodeterminación.
Esta imagen la tomamos prestada (con todo respeto) de Información Palestina.
Adelante.
Islam Sociedad Nueva y Sinarquismo
En el año 622 d.C Mahoma parte hacia La Meca salvando la vida e iniciando así la
Era Islámica. Este episodio conocido como la Hégira traerá cambios profundos en
Asia Menor y posteriormente en Europa y el resto del Mundo, quizá con excepción
de América.
El Islam reduce su credo prácticamente a dos premisas fundamentales: "Rashullu
Mahmoud lalla i laAlah" No hay otro Dios que Alá y MAHOMA su Profeta. Islam
quiere decir sumisión, obediencia...pero sólo a Dios.
Las Tribus árabes reciben el mensaje y lo acepta. Su unificación en torno al
mensaje de Mahoma propicia la Unidad de Mando, una nueva organización jurídica,
un despertar de las Ciencias.
Son los filósofos árabes como Ibn-Sina (Avicena)quienes rescatan a Aristóteles y
otros sabios griegos del abandono en que habían caído en la Europa arrasada por
la decadencia del Imperio Romano y las múltiples guerras internas. En Europa el
conocimiento científico se refugiaba en los Monasterios y Abadías.
Los Musulmanes toman de la India el uso de los números, de China los avances
científicos, etc... Inicia pues una era de avances políticos, educativos,
tecnológicos, filosóficos. Ciertamente en el Islam aparecen tendencias fanáticas
como en cualquier otro grupo humano, pero no obscurece para nada la grandiosa
obra del Islam en la Asia y en la Europa Medieval. } El Islam con la caída del
IMPERIO Otomano (Turco) pierde sus últimos esapcios europeos, y sufre una serie
de ataques y porqué no decirlo, sometimiento a los Imperios en voga (Inglaterra,
Francia, Alemania...)
Renace el Islam ya iniciado el siglo XX más como un movimiento cultural de
Identidad en los países árabes colonizados recuperando también su espiritualidad
y su visión social.
Hay distintas formas de entender y asumir el Islam, lo que hace distintas
Escuelas: Sufísmo, Chiítas y Sunnies, entre las principales.
En México hay p'resencia Islámica en el DF, en Guadalajara,en
Puebla...Básicamente son diplomáticos o empresarios originarios del Líbano,
Siria etc...aunque no faltan seguidores mexicanos o norteamericanos que viven
aquí.
El Islam es una forma de vivir, creer, sentir, pensar, que aporta elementos
valiosos a la Humanidad, y que tiene la tarea de resolver cierto dogmatismo
intransigente de ALGUNOS grupos en su interior. En una Nueva Sociedad como la
que el Sinarquismo propone, caben todas las formas de creer, pensar,
vivir...siempre que asuman la solidaridad, la fraternidad, la búsqueda del Bien
Común.
Algunos musulmanes nos han solicitado una opinión de un sinarquista sobre el
Islam. Esta es.
El Caso del Sinarquismo. Verdades y mitos
de una relación.
["Dios creó al mundo y al
Hombre para administrarlo. De todos los hombres por igual.
Lo que la tierra produce
debiera bastar para que todos vivamos satisfechos y en paz.
Sin embargo, ha surgido la
especie de los rapaces y al expandirse por el mundo, ha hecho que huya de las
sociedades la paz de la convivencia. La explotación del hombre por el
hombre...provocó reacciones violentas por parte de las mayorías explotadas
contra las minorías explotadoras.
Leon XIII alza su voz y
recuerda a los capitalistas la advertencia de Cristo:" No defrauden su salario a
los pobres". Pero el mensaje llegó con tardanza o no llegó porque los portavoces
( los sacerdotes), estaban en su mayoría desconectados. Creían inútil o
peligroso denunciar la situación de millones de peones y jornaleros.
En México, las injustas y
degradantes condiciones de vida eran cotidianas.
Los empobrecidos de la Patria Clamaban al
Cielo." Juan Ignacio Padilla. 1948. Ensayo: La Revolución Mexicana
La insinuante denuncia de Juan Ignacio
sobre la postura de muchos sacerdotes ante la realidad social pudiera parecer
dura y no faltaría quien creyera proveniente de las filas liberales de la época.
Pero Juan Ignacio Padilla, junto con José
Antonio Urquiza y otros compañeros eran militantes decididos de la Iglesia
Católica. Ellos, consideraban que en el Cristianismo se podía nutrir una nueva
forma de organizar las relaciones de los seres humanos, entre sí y con la
naturaleza.
A pesar de las sombras, Juan Ignacio
resalta la labor de otros:
< "José Mora y del Río, José María Troncoso
( Superior de los Josefinos en México), Manuel de la Peza, Carlos María Heredia,
entre otros, que en plena dictadura multiplicaban sus esfuerzos: Congresos
Católicos, Semanas Sociales y Congresos Agrícolas estudiaron las realidades del
campo y de los trabajadores agrícolas de cada región, los resultados y
soluciones se presentaron como iniciativa de ley ( 1903 - 1909, en Puebla,
Morelia, Oaxaca, Zapopan, Guadalajara...). Los diputados liberales ni siquiera
las estudiaron.
En 1908, el Padre José María Troncoso se
constituyó la Unión Católica Obrera, para el estudio y solución de la "cuestión
social " en México. En enero de 1913 estaba en marcha la Confederación Católica
Obrera, con 14 539 obreros afiliados. Era el primer sindicato obrero en
México.">
Un breve repaso por la historia y las
relaciones entre Estado, Iglesia y Movimientos Populares:
1914-1917 |
Facciones Anticlericales
liberales diseñan leyes contra la Iglesia.
Algunos casos de represión y asesinatos
contra católicos. |
El Estado es coptado por
exporfiristas y liberales anticlericales.
Leyes que limitan y/o dejan fuera de la
ley cualquier organismo o institución fuera del Estado... |
Partido Nacional Católico.
Los católicos que trabajan en la
cuestión social son desplazados. |
1920 - 1929 |
Represión contra los
Católicos y posterior rebelión Cristera.* |
Partido de la Revolución
Mexicana,como Partido de Estado ( único legal) Alvaro Obregón asesinado
por callistas en una maniobra extraña* |
Los esfuerzos de la
Iglesia son dedicados a sobrevivir bajo la represión terrible del Estado
Mexicano. |
1929 |
"Los arreglos". Iglesia y
Estado llegan a acuerdos de tolerancia aunque las leyes no son modificadas. |
El Estado asume el control
de sindicatos, grupos campesinos, gremiales, profesionales, etc.. Se declara
ilegal cualquier manifestación pública. |
Suceden algunos intentos
de organización popular.
Desconfianza e incluso conflictos entre
Movimientos populares socialistas y cristianos |
1930-1936 |
Con asesoría Jesuita, se
diseña la estrategia conocida como "La Base". Organización clandestina que
pretendía la transformación del Estado Corporativo mexicano por uno
democrático. |
El Estado controla prensa y medios de
comunicación.
Disminuye la represión religiosa pero
hay medidas coercitivas. |
Los movimientos se dan en
torno a:
- Libros de Texto escolar
- Educación "socialista"
- Tutelaje de menores
|
1936-1937 |
Fracasa La Base por el
Conservadurismo de los dirigentes. Estos enfocaban los esfuerzos en acciones
puramente devocionales. La facción empresarial se deslinda y habla de formar
un Partido Político con autorización del Estado (PAN). Los Jesuitas se
deslindan.
La Iglesia enfoca predicación a "formar
líderes que dirijan los cambios sociales", y a "alentar la ayuda a los
desfavorecidos".
En la práctica es asistencialismo puro.
|
El Estado logra infiltrar
organizaciones y compra dirigentes, o los elimina. |
Los Movimientos
Inquilinarios en Veracruz tienen éxito, pero las metas tan cortas hacen que
el Movimiento se diluya al resolver el problema.
Los asuntos que movilizan al común de
la gente son tan ambiguos como simples: reforma del artículo 3, Libros de
Texto, no hay Visión alternativa de Estado, no existe liderazgo popular, no
hay cuadros formados fuera del control del Estado. |
1937-1938 |
José Antonio Urquiza y
Juan Ignacio Padilla intentan cambiar a los dirigentes de la Base y generar
una Visión Social en los propósitos y acciones de la Base. Fracasan y
deciden impulsar una nueva organización, laica, independiente de la
estructura jerárquica, aprovechando los grupos agónicos de La Base, a sus
contactos en la Acción Católica de la Juventud Mexicana, de la Unión de
Estudiantes Católicos, y algunos grupos que desde la Iglesia hablaban de un
Estado Democrático y Popular. El Episcopado Mexicano redefine su postura de
no influir en movimientos sociales ni políticos. No lo hará.
|
El Estado presiona para
que el Episcopado desautorice cualquier organización surgida entre
católicos. También es ilegal el Partido Comunista. |
Surge el 23 de Mayo de
1937 en una reunión sindical y vecinal, el Movimiento Sinarquista.
En Junio se lanza el
Manifiesto donde se define el sinarquismo:
- Popular
- Democrático
- Radical
- Patriótico
- Social-Comunitario
Los Fundadores son católicos en su casi
totalidad, sin embargo se distancian de la jerarquía por los motivos
anteriores. |
1938
a
1948 |
El Episcopado recibe a los
fundadores del PAN, a los dirigentes de la casi extinta Base, ellos piden se
desautorice al Sinarquismo por "peligroso, alborotador de la chusma, por ser
radical y además por desobedecer a las Secciones empresariales y políticas (
de la Base). El Episcopado zanja el tema declarando que su Misión no es
política que no tiene porqué meterse en Organizaciones Social-Políticas y
que su labor es la Evangelización. |
Estados Unidos se preocupa
al ver surgir un Movimiento Popular y Nacionalista.
El Estado Mexicano le promete tomar
medidas.
Se prevee la Guerra Mundial y el Estado
aprovecha para acusar al Sinarquismo como favorable al Eje y al Nazismo. |
El Sinarquismo diseña una
Visión de Estado
- Social
- Democrático
- Nacionalista
Su filosofía la retoman de los
sociólogos, analistas, filósofos sociales cristianos en boga. Se distancian
del NaziFacismo, del Capitalismo, del Corporativismo PRM-PNR-PRI.
Impulsan sindicatos, agrupaciones
campesinas, gremiales, etc...Cooperativas y programas de alfabetización,
jornadas de trabajo voluntario ( el Tequio) se coordinan con los párrocos
locales para muchas de éstas acciones tal como lo hacen aún hoy las
Universidades e instituciones de perfil social. Hay asesoría de Jesuitas en
algunos programas. |
1950 - 1964 |
Inquietudes sociales. La
Democracia Cristiana se considera la solución intermedia al marxismo y al
liberalismo.
Se elige Papa a Juan XXIII, el "Papa
Bueno" y convoca al Concilio Vaticano II.
"Que la Iglesia se abra al mundo para
que el mundo se abra a la Iglesia". |
Movimientos de
Ferrocarrileros, de Maestros, de Doctores, exigiendo democracia sindical y
reformas en el Estado mexicano. Son brutalmente reprimidos, al dirigente de
los médicos lo declaran loco y lo encierran. Son perseguidos y asesinados
los líderes. Otros son comprados. |
El Sinarquismo tiene el
control de varios sindicatos, destacando el Frente de Trabajadores de
Querétaro. Son perseguidos y encarcelados los dirigentes. |
1965-1968 |
Se convoca a la Reunión de
Medellín. Donde la CELAM (Conferencia Episcopal Latinoamericana) declara que
la pobreza, la ignorancia, la manipulación son obstáculo para que los
hombres vivan dignos como hijos de Dios y como hermanos.
Algunos sacerdotes se integran a
Movimientos revolucionarios: Camilo Torres, Padre Pardiñas, etc... |
1968. Movimiento
estudiantil. Matanza de Tlatelolco. |
En el sinarquismo surgen
tres tendencias mas o menos claras:
- Democracia Cristiana
- Integrismo
- Social Cristianismo
|
1971 |
La Iglesia declara sí a la
Opción preferencial por los pobres. Pero no a la lucha armada. |
El Estado Mexicano arrecia
la represión. Estudiantes y campesinos optan por la Guerrilla. |
La tendencia integrista se
disuelve mientras las otras dos promueven al Partido Democrata Mexicano.
Muchos cristianos que militaban en grupos comprometidos en acciones
comunitarias se integran al Partido. |
1979 |
CELAM- Puebla. La Teología
de la Liberación y el compromiso militante de cristianos se vuelven mas
activos.
Auge de las Comunidades Eclesiales de
Base, del Movimiento Por un Mundo Mejor, etc...
Solentiname es un ejemplo para muchos
creyentes. |
!9 de Julio en Nicaragua,
Cae Somoza el dictador y en un inusitado Mítin de Victoria sandinista se lee
una declaración conjunta donde la Iglesia acepta que hay formas de
socialismo que coinciden con el Evangelio. El Estado Mexicano da apoyo a
Sandinistas pero reprime a la Izquierda Cristiana en Mexico. |
En el PDM se encuentran
corrientes diversas. Se define como Revolucionario, Democrático y
SocialCristiano.
|
1980-1990 |
Juan Pablo II pone límites
a las inquietudes sociales de los sacerdotes y religiosas/os.
Se les acusa de ser comunistas
"infiltrados", herejes, etc...
La Conferencia Latinoamericana de
Religiosos da su apoyo a las congregaciones y Ordenes que trabajan en la
Línea de Opción preferencial por los Pobres.
Muchos de ellos son asesores,
dirigentes o militantes de organizaciones sociales.
Son asesinados, perseguidos y
torturados, o desaparecidos miles de laicos: catequistas, diáconos,
militantes, asi como religiosos, sacerdotes y hasta Obispos:
Monseñor Romero en el Salvador, y
Angelleli en Argentina. |
Repentino ascenso de
organizaciones sociales, sindicales independientes, indígenas, campesinas,
profesionales... Se aglutinan en torno a Cuauhtemoc Cárdenas dirigente de
Corriente Democrática y se forma el Frente Democrático Nacional. Fraude e
imposición de Salinas. Pero sin base social. |
Desmantelamiento del
Sinarquismo por parte de la facción dirigente del PDM. Ligados a la DC.
Son marginados los sinarquistas ligados
a Movimientos Sociales Populares. Sustituidos por elementos cercanos al
empresariado, o a grupos como el MURO, FARO, etc... |
1990 |
Aparente agotamiento de
los Católicos comprometidos. Auge del Opus Dei, Carismáticos, y un
catolicismo Light de origen estadounidense. |
Auge del Partido Acción
Nacional y sus enlaces: Opus Dei, Muro, DHIAC, CANACO, etc...El Modelo
Neoliberal iniciado por Miguel de la Madrid es apuntalado por Salinas con el
apoyo incondicional del PAN.
"Salinas nos robó nuestro proyecto
"diría Diego Fernández de Cevallos. |
Crisis en el Sinarquismo.
PDM infiltrado por el Estado, por organismos de ultraderecha, y por el PÄN.
Se habla de desaparecer al Sinarquismo.
Se le da un rumbo conservador, incluso devocional. |
1994 |
En Chiapas, Samuel Ruiz es
sorprendido por el alzamiento zapatista donde se encuentran muchos diáconos
y laicos.
El Papa condena al Neoliberalismo, pide
perdón a los indígenas por los "pecados" de la Iglesia contra su cultura..
|
Acuerdos entre Episcopado
y Salinas. Personalidad Jurídica a las Iglesias.
Zedillo gana la elección presidencial
pero el control estatal sobre la población es prácticamente nula.
|
Se inicia un Movimiento de
Renovación Sinarquista.
Recuperar la Mística y la Visión
Social, se define la Estrategia Global que implica recuperar conceptos como
- Identidad Cultural
- Radicalidad
- democracia participativa
- Social-Comunitarismo
- Popular
|
1997 |
La Iglesia asume como
grave peligro para el futuro de la especie humana y de la naturaleza el
modelo económico-militar-político-financiero definido genéricamente como
neoliberalismo |
Zedillo con el apoyo del
PAN impulsa el Neoliberalismo |
Asume la dirección del
Movimiento Sinarquista la Corriente Renovadora. Al frente Leonardo Andraca.
En Jalisco Antonio Mota. Quedan fuera
los elementos infiltrados y exdirigentes. (fundan un partido político). |
Actualidad. |
Recuperación de las
tendencias en la Iglesia para que se comprometa con el destino humano de
forma eficaz, luchando por la solidaridad, la liberación, la justicia,
identidad y conciencia.
Se da énfasis en recuperar el sentido
sagrado de la vida, de la historia, de la naturaleza, de la lucha política
social incluso. |
Gana Vicente Fox (
del PAN). Pero la economía en México es fiel reflejo de las intenciones del
FMI y BM. El sometimiento al gobierno y clases oligárquicas norteamericanas
es evidente. |
Convocatoria para hacer
del Sinarquismo un instrumento de Soberanía Nacional, Soberanía Popular y de
la nueva sociedad.
Sinarquismo como filosofía que libera
al hombre y lo lleva a su realización plena, integral... |
Esta relación de hechos, pretende dar ideas
de cómo fue y es la relación de Sinarquismo e Iglesia Católica, tanto en su
origen, desarrollo y actualización ideológica.
Efectivamente hay puntos de encuentro pero
nunca hubo dependencia ni sometimiento. Incluso algunos roces. Pero en términos
generales, la relación pasó por las mismas etapas que cualquier otra
organización social.
Os escribo a todos vosotros y vosotras
que habéis dado la vida por la Vida,
a lo largo y ancho de Nuestra América,
en las calles y en las montañas,
en los talleres y en los campos,
en las escuelas y en las iglesias,
bajo la noche o a la luz del sol.
Por vosotros y vosotras, sobre todo,
Nuestra América es el Continente de la muerte con esperanza.
Os escribo en nombre de todos nuestros Pueblos y de nuestras Iglesias
que os deben el coraje de vivir, defendiendo su identidad,
y la terca voluntad de seguir anunciando el Reino,
contra el viento y la marea del antirreino neoliberal
y a pesar de las corrupciones de nuestros gobiernos
o de las involuciones de nuestras jerarquías
o de todas nuestras propias claudicaciones.
Creemos que mientras haya martirio habrá credibilidad,
mientras haya martirio habrá esperanza.
Vosotros, vosotras, lavasteis las vestiduras de vuestros compromisos
en la sangre del Cordero.
Y vuestra sangre en Su sangre
sigue lavando también nuestros sueños, nuestras fragilidades
y nuestros fracasos.
Mientras haya martirio habrá conversión,
mientras haya martirio habrá eficacia.
El grano de maíz muriendo se multiplica.
Os escribo contra la prohibición
de los poderes de las dictaduras -militares, políticas o económicas-,
y contra la cobardía olvidadiza de nuestras propias Iglesias.
Bien que ellos y ellas quisieran imponernos
una amnistía que fuera amnesia
y una reconciliación que sería claudicación.
Inútilmente.
Sabéis perdonar, pero queréis vivir.
No permitiremos que se apague el grito supremo de vuestro amor,
no dejaremos que sea infecunda vuestra sangre.
Tampoco nos contentaremos, superficiales o irresponsables,
con exponer vuestros pósters
y cantaros en una romería
o lloraros en una dramatización.
Asumiremos vuestras vidas y vuestras muertes
asumiendo vuestras Causas.
Esas Causas concretas
por las que vosotros y vosotras habéis dado la vida y la muerte.
Esas Causas, tan divinas y tan humanas,
que desglosan en coyuntura histórica y en caridad eficaz
la Causa mayor del Reino,
por la que dió la vida y la muerte y por la cual resucitó
el Primogénito de entre los muertos,
Jesús de Nazaret, el Crucificado-Resucitado para siempre.
Os recordamos uno a uno, una a una,
y no decimos ahora ninguno de vuestros claros nombres,
para deciros a todos y todas en un solo golpe de voz, de
amor y de compromiso:
¡nuestros mártires!Mujeres,
hombres, niños, ancianos,
indígenas, campesinos, obreros, estudiantes,
madres de familia, abogados, maestras,
militantes y agentes de pastoral, artistas y comunicadores,
pastores, sacerdotes, catequistas, obispos...
Nombres conocidos y ya incorporados a nuestro martirologio
o nombres anónimos pero grabados en el santoral de Dios.
Nos sentimos herencia vuestra, Pueblo testigo, Iglesia martirial,
diáconos en marcha por esa larga noche pascual del Continente,
tan tenebrosa todavía, pero tan invenciblemente victoriosa.
No cederemos, no nos venderemos, no renunciaremos
a ese paradigma mayor de vuestras vidas
que fue el paradigma del propio Jesús
y que es el sueño del Dios Vivo para todos sus hijos e hijas
de todos los tiempos y de todos los pueblos,
en todos los mundos, hacia el Mundo único y pluralmente fraterno:
el Reino, el Reino, ¡su Reino!.
Con san Romero de América y con todos vosotros y vosotras,
y unidos a la voz y al compromiso común
de todos los hermanos y hermanas de solidaridad que nos acompañan,
nos declaramos "alegres de correr como Jesús
(como vosotros y vosotras)
los mismos riesgos,
por identificarnos con las Causas de los desposeídos".
En este mundo prostituido por el mercado total y por el bienestar egoísta,
os lo juramos con humildad y decisión:
"¡Lejos de nosotros gloriarnos
a no ser en la cruz de nuestro Señor Jesucristo"
y en vuestras cruces hermanas de la suya!
Con El y con vosotros y vosotras
seguiremos cantando la Liberación.
Por El y por vosotros y vosotras
sabremos jubilosamente
que nos toca resucitar "aunque nos cueste la vida".
Pedro Casaldáliga,
testigo de muchos mártires,
y con ocasión de la gran Romería
de los Mártires de la Caminhada Latinoamericana.,
en el año de Gracia de 1996.
]
[El Budismo ha existido por mas de 2 500 años y ha sido una de
las principales influencias religiosas, artísticas y sociales de Oriente. Su
inicio fue al norte de India con el nacimiento de su fundador, Sidharta Gautama,
el Buda, quien alcanzó lo que se conoce como "Un estado de ver perfectamente la
naturaleza de las cosas". A este estado se le denomina Iluminación.
En el mundo existen muchas religiones. Empero, tres han ejercido la influencia
más determinante en la historia de la humanidad: el Budismo, el Cristianismo y
el Islám. La característica más distintiva del Budismo es que se trata de una
religión que no tiene una concepción de Dios creador, lo cual no significa
ateísmo o agnosticismo; la meta espiritual del Budismo no se describe en los
términos de un Dios personal ni de Primera Causa. En tanto, el Islám y el
Cristianismo son religiones monoteístas (tienen la concepción de un sólo Dios).
Por ello, algunas personas dicen que el Budismo no es una religión, en el
sentido estricto de la palabra, sino más bien una filosofía integral de vida que
tiene como objetivo la transformación del individuo para alcanzar su potencial
de Iluminación.
El término con el que el Buda describió al Budismo fue Budha-Dharma, la palabra
del Buda o la enseñanza del Buda, es decir, "el sendero hacia la Iluminación".
Paradójicamente, el Budismo, después de 1 500 años, murió en su país de origen.
Sin embargo, se desarrolló y floreció a lo largo de los siglos en diferentes
lugares y culturas. Se expandió al sur de Asia, donde la Escuela Budista del
Teravada todavía florece; llegó al norte de Asia: Nepal, Bután, Tibet y China,
donde se desarrolló la Escuela Mahayana. En el lejano Oriente, llegó a países
como Mongolia y Japón, donde surgieron el Budismo Chan, Shin y la Escuela Zen.
Algunos historiadores, a partir de hallazgos arqueológicos, debaten si incluso
en el Medio Oriente, países como Persia, tuvieron en su historia un periodo
Budista.
Actualmente, el Budismo, sin embargo, está sufriendo un declive en estos
lugares. China y Tibet han dejado de ser budistas bajo los sistemas comunistas
actuales. En Japón, la erosión de valores que produce una cultura de consumo
tiene al budismo a la defensiva, mientras que el desarrollo de nacionalismos y
el militarismos en ciertas regiones de Asia representan una seria amenaza para
el Budismo tradicional. No obstante, desde hace más de un siglo el Budismo se ha
desarrollado enfáticamente en países industrializados de Occidente. En Europa,
América y en las regiones de Australasia existen ya miles de personas que guían
sus vidas a través de los principios de la enseñanza del Buda, entre ellos
grandes pensadores, artistas y figuras públicas. Una paradoja del mundo
contemporáneo: mientras religiones tradicionalmente occidentales, como el
Cristianismo en sus diferentes formas, están llegando orgullosamente a Asia, el
Budismo, callada y crecientemente se expande en Occidente.
El Dharma
La suma total de las doctrinas y los métodos tradicionales en el Budismo, a
través de las cuales seres humanos han crecido espiritualmente de forma
efectiva.
La palabra Dharma tiene varios significados y el Budismo la comparte con otras
disciplinas espirituales Indias como el Induismo. Sin embargo en el Budismo
significa sobre todo la verdad del sendero de práctica y desarrollo espiritual
que lleva a descubrir la verdadera naturaleza de las cosas: la Iluminación.
Prácticas Dharma Budistas tales como la meditación son medios para transformarse
uno mismo y así desarrollar cualidades como la sensibilidad, la claridad y la
Sabiduría. A lo largo de miles de años la experiencia desarrollada por el
Budismo ha creado una icomparable fuente de recursos para todos aquellos que
deseen seguir un desarrollo; para todos aquellos que deseen descubrir su
potencial espiritual.
Las enseñanzas principales del Budismo son directas y prácticas, y no se pide a
los budistas una fé ciega en ellas sino comprobarlas con la propia experiencia.
En las enseñanzas budistas estan principios sencillos y al mismo tiempo
radicales: tales como que nada es fijo ni permanente; que todas las acciones
tienen consecuencias y sobre todo que el cambio es inherente en todo y que es
posible llevar a cado este cambio de forma consciente. El Budismo dirige su
mensaje a cualquier persona independientemente de su raza, lugar de nacimiento,
genero o nivel de cultura.
El factor decisivo en la trasformación personal es la mente, muchos de los
métodos del Budismo han sido desarrollados para insidir sobre ésta. La
meditación es una forma práctica con la cual uno puede desarrollar estados de
calma, concentración y discernimiento, para llegar a la comprensión de cómo son
las cosas, comprenderse a uno mismo y a los demás asi como poder ver a la vida
como es en realidad.
El Budismo no busca evangelizar u obligar a las personas a convertirse a sus
enseñanzas. Sin embargo busca poner su mensaje a la disposición de aquel que le
interese. Las personas son libres para tomar lo que deseen y para lo que se
sientan listas.
El Dharma en sí comprende varios eslabones. Para el budismo temprano el Dharma
comprende el camino triple: Etica, Meditación y Sabiduria; o el Camino Otuple:
Visión Perfecta, Emoción Perfecta, Habla Perfecta, Acción Perfecta ,
Subsistencia Perfecta, Esfuerzo Perfecto, Atención Perfecta y Samadhi Perfecto.
Para el Budismo Mahayana el Dharma como sendero está comprendido en exposiciones
tales como las seis Perfecciones del Boddhisattva o las 5 facultades
espirituales, que desarrollan SabidurÍa asi como compasión.
En el Budismo tántrico por el otro lado además de incluir los métodos y
doctrinas de sus escuelas anteriores incluye tambien el desarrollo de medios
hábiles Upaya Kusala y el desarrollo de Sidhis, facultades paranormales como
parte del Dharma o sendero espiritual.
[
Religión de la India, pueblo con profunda religiosidad, todas las expresiones de
su cultura y hasta su vida doméstica está llena de ritos, pensamientos y
actitudes religiosas.
Los habitantes de la India conocen un ritual diferente para cada acto. Hay
ceremonias y ritos para el momento de levantarse, de bañarse, de comenzar el
trabajo, de comer.
La literatura, el arte y la escena teatral también reflejan este espíritu
religioso, lleno de silencio y de oraciones intimistas.
En la India no hay una única religión. Existe toda una gama de religiones porque
el hinduismo está abierto a toda manifestación religiosa y cultural. La religión
es para el hindú una forma de vida, algo existencial que debe definir en
concreto cada ser humano. Por eso dentro del hinduismo caben el politeísmo y el
panteísmo, aunque la tendencia más fuerte sea la monoteísta.
La idea general que desea mantener por sobre todo el hinduismo es la aceptación
de un código elemental de conducta, consistente en un amor compasivo hacia todos
los seres vivientes. Y también en una gran generosidad, a la vez que una cierta
indiferencia ante lo sensible y un deseo constante por huir del mundo y
acercarse a la divinidad.
Institución socio-religiosa de la casta:
El hinduismo no tiene fundador conocido, como suele suceder en todas las
religiones étnico-políticas. Surgió o se configuró sobre todo a partir del
racismo, varuno=color=casta.
A raíz de la invasión indoeuropea, dos milenios antes de Cristo, los vencedores,
rubios, los arios, forman las tres castas superiores. Los no arios se
subdividen. los "sudras" (artesanos y comerciantes) que beneficiaban con su
trabajo a todos, eran hombres libres y formaban una cuarta clase o casta.
Los "parias" son los que no tienen casta. Los "aborígenes" están debajo de los
parias, y no tienen casta ni cabida en el mundo hindú.
Las tres castas superiores de los arios están formados por:
sacerdotes-encargados de celebrar los ritos y dueños del poder espiritual.
nobles guerreros-dueños del poder temporal.
agricultores, comerciantes y ganaderos que procuran los bienes económicos.
Existen más de tres mil subcastas. La justificación de la división en castas
encuentra su origen en la nobleza. Los sacerdotes nacieron de la cabeza de
Brahmán, los guerreros de los brazos, los productores de las piernas, y los
sudras de los pies. Otra justificación de la división en castas es la de la
reencarnación, uno nace en una u otra casta y a ella debe integrarse por el
hecho de nacer en ella. Si ha nacido en una casta humilde o en una subcasta no
debe rebelarse. Por el contrario, debe someterse porque así al morir puede
reencarnarse en una superior. Si se nace en una superior deben ser fieles a ella
porque si se comporta indebidamente puede reencarnarse en una inferior.
Legalmente las castas han sido casi abolidas, pero subsisten algunas divisiones
en la práctica. Cada casta tiene sus obligaciones, las clases privilegiadas son
mas estrictas que las inferiores.
Obligaciones: Sacerdotes, rezar y estudiar, sino lo hace al reencarnar se será
traspasado a una casta inferior.
Guerreros, pelear y defender los intereses del grupo ante la presencia del
invasor, no puede ser ni cobarde, ni tener temor.
Agricultores, cultivar la tierra de sol a sol. Si se deja llevar por la pereza,
será castigado en la otra vida.
Por todo lo anterior, la aceptación resignada de la propia suerte es lo normal.
Nadie puede rebelarse ni pedir justicia, ni envidiar al que es superior, porque
se perjudica así mismo.
La aspiración suprema del hindú es la unión con Brahmán, principio del bien, de
la felicidad. El es el absoluto, "lo que es". Todo hindú debe ser bueno, el que
logra obrar siempre el bien y consigue la perfección, se identifica de algún
modo con Brahmán y cuando muera ya no se reencarnará, quedará para siempre al
lado de la divinidad.
A la unión con la divinidad se puede llegar por medio de la ética, mediante el
conocimiento, las obras y la entrega a la divinidad, sobre todo, a través del
"yoga", que no es más que un método de concentración interior que ayuda a
dominar los sentidos y los movimientos del cuerpo.
Los
«paganos»_ ¿al infierno?
La Buena Noticia de la Salvación de las religiones indígenas
Los indígenas precolombinos1 , los habitantes de Abya Yala, ¿eran idólatras?
¿Tenía algún sentido, algún valor su religión, su oración, su «fe»? ¿Se
«salvaban», o los tenemos que dar por «condenados»?
El tema hoy está claro en lo fundamental, teológicamente hablando. Pero esta
claridad se queda con frecuencia encerrada en los centros teológicos, en los
institutos misioneros y en unos pocos cristianos más promovidos. La mayor parte
del pueblo cristiano, a quien no ha llegado todavía la renovación teológica
conciliar, sigue teniendo en su subconsciente el temor no confesado de que
aquellos paganos que adoraban el sol, a Tamagastad, o a Quetzalcóatl eran
idólatras y están muy lejos de la Salvaci ón de Dios.
Es un tema del que no solemos hablar, un tema que no suele entrar formalmente en
los programas de catequesis o de predicación, pero que realmente está presente,
aunque sea de un modo subconsciente.
Es también un tema muy oportuno para reflexionar, debatir y predicar en este
tiempo marcado por el signo de los 500 años. Y sobre todo, es un tema urgente de
predicación obligatoria, porque es una «Buena Noticia». Si estamos en tiempo de
«nueva evangelización», y para que sea efectivamente «nueva», distinta de
aquella vieja evangelización que se hizo hace cinco siglos, hay que proclamar
incansablemente esta «Buena Noticia de la Salvación de los paganos».
Este texto no se dirige a teólogos sino a agentes de pastoral. Por eso trata de
expresarse en un lenguaje sencillo y de evitar las especulaciones abstractas.
I. Partir de la realidad para introducirnos en el tema
Conforme al método teológico latinoamericano, es bueno que «partir de la
realidad», en este caso, de la realidad histórica. De ella podemos extraer de
ellos nuestras preguntas vitales.
•El primer catecismo que se escribió en América (quizá entre 1510 y 1521), el de
Pedro de Córdoba, comienza con la revelación de «un gran secreto que vosotros
nunca supísteis ni oísteis»: que Dios hizo el cielo y el infierno. En el cielo
están todos lo s que se convirtieron a la fe cristiana y vivieron bien; en el
infierno están «todos los que entre vosotros murieron, todos vuestros
antepasados: padres, madres, abuelos, parientes y cuantos existieron y pasaron
por esta vida; y allá iréis también vosotro s si no os hiciéreis amigos de Dios
y no os bautizáreis y tornárais cristianos, porque todos los que no son
cristianos, son enemigos de Dios»2 .
•Como «los doce apóstoles de México» son conocidos los primeros franciscanos que
llegaron, en 1524, a «Nueva España» para evangelizar a los indígenas aztecas.
Redescubierto en 1924, tenemos hoy un precioso libro, debido al admirable
trabajo investigati vo de Fray Bernardino de Sahagún, titulado «Los coloquios de
los doce apóstoles». En él se nos recoge en idioma náhuatl la última actuación
pública de algunos sabios y sacerdotes aztecas supervivientes, que defendieron
sus creencias religiosas y su forma de vida ante los misioneros. Estos les
predicaban que lo que los antepasados aztecas habían enseñado y dejado como
herencia «es todo mentira, vanidad, ficción; no contiene nada de verdad»3 .
«Sabed y tened por cierto que ninguno de los dioses que adoráis es Dios ni dador
de vida; todos son diablos infernales»4 .
Los sabios responden: «Dijisteis que no conocemos al Señor_ que no eran
verdaderos nuestros dioses. Nueva palabra es ésta, la que habláis. Por ella
estamos perturbados, por ella estamos molestos. Porque nuestros progenitores_
nos dieron sus normas de v ida, honraban a los dioses, nos enseñaron todas sus
formas de culto, todos los modos de honrar a los dioses. Era doctrina de
nuestros mayores que es por los dioses por los que se vive. Nosotros sabemos a
quién se debe la vida_ cómo hay que invocar, cómo h ay que rogar. Y ahora,
¿destruiremos la antigua regla de vida? Es ya bastante que hayamos sido
derrotados, que se nos haya impedido nuestro gobierno. ¡Déjennos pues ya morir,
déjennos ya perecer, puesto que ya nuestros dioses han muerto!»5 .
•Fray Vicente Valverde, capellán oficial acompañante de Francisco Pizarro en la
que de hecho fue la «invasión» del imperio inca, conminó a Atahualpa a adorar a
Dios, la cruz y el Evangelio, «porque todo lo demás [cualquier otra religión]
era cosa de bu rla». Atahualpa respondió que él «no adoraba sino al Sol que
nunca muere y a los dioses que también tenía en su ley»6 .
•El famoso misionero jesuita Antonio Vieira, en Bahia, Brasil, podía decir a los
esclavos negros: «vuestra esclavitud no es una desgracia, sino un gran milagro,
porque vuestros padres están en el infierno para toda la eternidad. Vosotros,
por el contra rio, os habéis salvado, gracias a la esclavitud»7 .
•En 1442 (mucho antes de la ruptura protestante), el Concilio de Florencia (no
dogmático) había afirmado «firmemente creer, profesar y enseñar que ninguno de
aquellos que se encuentran fuera de la Iglesia católica, no sólo los paganos,
sino también los judíos, los herejes y los cismáticos, podrán participar en la
vida eterna. Irán al fuego eterno que ha sido preparado para el diablo y sus
ángeles (Mt 25, 4), a menos que antes del término de su vida sean incorporados a
la Iglesia_ Nadie, por grandes que sean sus limosnas, o aunque derrame la sangre
por Cristo, podrá salvarse si no permanece en el seno y en la unidad de la
Iglesia católica». (Es, en el fondo, el sentido que se le dio a la frase «extra
ecclesiam nulla salus», original de san Cipriano, del siglo IV, en quien no
tenía en absoluto ese sentido).
•También se puede recordar que no sólo los misioneros venidos a las «Indias
Occidentales», sino todos los misioneros cristianos, durante muchos siglos,
pensaron lo mismo. El famoso Francisco Javier fue a las «Indias Orientales»
convencido de que quien no escuchaba y aceptaba el Evangelio se veía privado de
salvación. Los misioneros protestantes venidos a ambas Américas, así como los
que fueron a Africa y Asia no pensaban de otro modo. Se trata de un patrón de
pensamiento que ha sido común a toda la fam ilia cristiana.
A partir de esta realidad histórica abstraigamos las cuestiones
teórico-prácticas ahí implicadas. A saber:
-Las religiones indígenas precolombinas (y las religiones no cristianas en
general), ¿tienen un valor salvífico? ¿Contenían algo de Verdad? ¿Era acogida
por Dios la oración y la religión de los indígenas? ¿O eran idólatras?
-¿Por qué no fue dado a los indígenas precolombinos conocer a Cristo? ¿Es que
Dios estuvo para ellos callado durante miles de años? ¿Es que Dios estuvo
durante siglos «limitado» a los muros del mundo judío?
-Si Cristo trajo la Salvación y estas religiones no lo conocieron, ¿les puede
alcanzar esa Salvación? ¿Es una injusticia por parte de Dios privarlos de algo
esencial para su salvación? ¿O es que quizá no es «esencial» para la salvación
el conocimiento de Cristo? En otras palabras: ¿hace falta ser cristiano para
salvarse?
-Y si no hace falta, ¿para qué sirve entonces el cristianismo? Más: ¿tiene
sentido la evangelización, y la actividad misionera?
-Y por tanto, ¿cómo tendría que haber sido la evangelización? ¿Cómo debe ser hoy
nuestra evangelización, y la «nueva evangelización»?
Estando ya sensibilizados al tema y habiendo concretado las cuestiones centrales
que nos inquietan a partir de esta nuestra realidad histórica, vamos a tratar de
reflexionar teológicamente sobre ellas. Lo haremos en varios pasos, progresivos.
En los estre chos límites de este estudio no podremos, sin duda, responder a
toda esta problemática, pero intentaremos esbozar al menos las perspectivas
mayores para una reflexión ulterior que sería provechoso desarrollar en las
comunidades.
II. Primer principio:
El Dios de la Creación es el Dios de Jesús.
Como cristianos, nosotros creemos que Dios nos ha salvado a través de Jesús. En
él se nos ha manifestado plenamente. Jesús nos ha revelado el rostro de Dios y
su Salvación. Y ahí viene el problema, aparente: ¿qué valor salvífico pueden
tener las re ligiones indígenas, si Dios se manifestó y realizó la Salvación por
Cristo y estas religiones no lo conocieron?
Este primer principio que enunciamos arroja ya una primera luz iluminadora. Es
cierto que estas religiones, nuestros pueblos indígenas, no conocieron a Jesús
ni la revelación de Dios (el Dios de Jesús) que él traía. Pero sí conocían al
Dios Creador, qu e se revela en sus obras: la naturaleza y la humanidad misma.
Pues bien, nosotros, cristianos, sabemos que el Dios de Jesús no es otro que el
mismo Dios Creador. Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, a quienes
tradicionalmente hemos atribuido las f unciones salvíficas de la creación, la
redención y la santificación, no son sino un mismo y único Dios. El que creó a
la humanidad es el mismo Dios que la redimió y la santificó.
Los indígenas no conocían al «Dios de Jesús» por la revelación del evangelio,
pero sí conocían al «Dios Creador» (del que decimos no es otro) por medio de
«otra revelación», la de la creación, que comprende tanto la naturaleza cuanto
la «ley natural» i nscrita en el corazón humano por el Creador. Para nosotros,
la historia bíblica, no es «la» revelación sin más, sino la revelación «plena»;
no es tampoco la revelación «total», que resulta inabarcable. Las religiones
indígenas, al tener acceso al Dios Cre ador a través de una cierta revelación
«natural» (no «positiva»), tienen acceso al Dios de Jesús (que no es otro),
aunque sea sin conocerlo como tal.
El Dios Creador hizo a los seres humanos «a su imagen y semejanza» (Gn 1, 26) y
depositó en ellos y en toda la creación la huella de su ser. A través de esas
huellas la humanidad pudo rastrear su presencia aun antes de Cristo (Rm 1,
19-21). Y como Padr e y Madre que es, el Creador tuvo que acompañar a sus
creaturas. Pensar que Dios hubiera abandonado a los pueblos8 , o que éstos
hubieran quedado «en poder del diablo» fuera del alcance de la Gracia de Dios9
sería tanto como pensar que Dios no es verdade ramente Dios_
La Creación es ya el primer acto de Salvación10 por parte de Dios. La Creación
no es un simple preámbulo a la Salvación, separado de ella. La Creación es ya
Salvación. El Dios Creador es también Dios Salvador. El Dios que nos creó es el
mismo que se r eveló, se encarnó y nos redimió. Caer en la cuenta de esta
identidad, con todas sus consecuencias, es capital para no entender
dicotómicamente la historia de la Salvación.
Es dogmático -y evidente- que Dios a nadie (individuo o pueblo, cristiano o no
cristiano) niega su gracia11 . Por la Creación Dios pone a todos los seres
humanos y a todos los pueblos en el camino de Salvación. La Creación da a todos
los humanos las po sibilidades necesarias y suficientes de relación con el Dios
Creador. Y al relacionarse con él se están relacionando con el mismo Dios de
Jesús.
III. Segundo Principio
La revelación del Dios de Jesús no es «otra cosa».
Si bien la Creación es, como decimos, el primer acto de Salvación por parte de
Dios, los cristianos afirmamos haber conocido un «segundo» acto de Salvación: la
revelación, la Encarnación, la Redención. Este segundo acto salvífico ha sido
realizado históricamente por medio de un pueblo, Israel. Por medio del israelita
Jesús, ubicado geográfica, temporal y culturalmente, el Espíritu nos ha llevado
a la «Verdad completa» (Jn 16, 12-13), según creemos nosotros desde nuestra fe.
Pero, puesto que como cristianos, queremos comprender el valor salvífico de las
religiones no cristianas, nos preguntamos desde nuestra fe qué relación guarda
con este Dios de la Encarnación y esta su «revelación plena» la humanidad que
queda fácticame nte12 fuera de su alcance, que es precisamente la inmensa
mayoría. (Los 2000 años de presencia del cristianismo en la historia afectan a
una porción muy reducida de la humanidad a la vista de su inmensa antigüedad;
aun mirado sincrónicamente, hoy día los cristianos no somos más del 30% de la
humanidad).
Si el Dios de la Encarnación, de Jesús, de Israel, es el Dios mismo de la
Creación, su revelación no puede ser «otra cosa», «absolutamente otra», ni,
mucho menos, contradictoria con lo que la humanidad que no ha tenido acceso al
cristianismo ha podido percibir en las huellas del Dios Creador y en su trato
directo con él. La «revelación» será algo «en continuidad»13 , algo que
desarrolla, que lleva a plenitud lo que el ser humano ya lleva en sí por su
propia naturaleza (que el Dios Creador le dio). Sobr e la base de la citada
identidad, podemos afirmar a priori que la revelación (cristiana) no podrá estar
en contradicción con la acción que el Dios Creador ha desarrollado en cada
pueblo y que se refleja en su religión.
El mensaje del cristianismo (la evangelización) no lleva a los pueblos algo
radical y enteramente diverso, algo «absolutamente otro» que no estuviera ya de
algún modo presente, sino que lleva simplemente la plenitud de la acción de Dios
ya presente act uante en ellos. Los pueblos que han quedado (fácticamente) al
margen del cristianismo tienen ya la presencia de Dios, del Dios Creador, al que
ellos han buscado a tientas, con sus propias luces, y con la ayuda del Espíritu
siempre presente. Si ese Dios Cr eador y ese Espíritu allí presente no son otro
Dios que el mismo Dios de la Encarnación (el Dios de Jesús) podemos decir que
sabemos por la fe que ya antes de la evangelización el mismo Dios de Jesús está
allí presente, en una forma germinal, latente quiz á, pero real y actuante.
Como cristianos, desde nuestra fe, comprendemos que nuestros misioneros o
evangelizadores cristianos nunca pueden llegar aun pueblo como a una carencia
absoluta de Dios14 . Siempre llega Dios antes que el misionero15 . El Dios
Trinidad, Dios Creador, D ios de la Encarnación y de la Salvación, está allí ya,
desde el principio mismo. Y lo que el misionero lleva no es «otra cosa», sino un
mensaje que, por principio, ha de estar en preanunciada armonía con la búsqueda
religiosa de los pueblos16 . Porque el Verbo de Dios ya está en estos pueblos
como sembrado, por la acción del Dios Creador17 .
Sería bueno recordar algo a lo que hoy estamos más abiertos que antes: las
inmensas riquezas espirituales de las religiones no cristianas18 . Habría que
recordar plásticamente, con ejemplos concretos, cómo tantas religiones indígenas
han intuido a su m odo lo más esencial de lo que nosotros hemos aprendido de
Jesús. Recordemos, por aludir a un caso paradigmático, la utopía del pueblo
tupí-guaraní, de «la tierra sin males», como expresión de la utopía que nosotros
conocemos con el nombre bíblico de «Rein o de Dios». El Reino de Dios, centro
absoluto de la revelación del Dios de la Encarnación y de la predicación de
Jesús19 y de la fe cristiana20 es al fin y al cabo una utopía presente en casi
todas las religiones21 . Y sus principales exigencias éticas (amor, justicia,
comunidad, entrega de la vida a la lucha por un mundo mejor_) están ya inscritas
en la ley natural y brotan de lo mejor del corazón humano_ No podía ser de otro
modo, si el Dios de la Creación es el mismo que el Dios de la Revelación_
IV. Aplicaciones y consecuencias de estos principios.
•No es lo mismo la Salvación que el conocimiento de la Salvación
Se trata de órdenes, ámbitos, dimensiones o niveles diversos. Una cosa es la
Salvación, a cuyo ámbito han sido incorporados todos los humanos, y otra es el
«conocimiento de la Salvación», es decir, alguna forma de conocimiento de eso
que nosotros l os cristianos consideramos la «revelación», la manifestación
histórica de la Salvación por parte del Dios de Jesús, Dios de la Encarnación,
Dios de Israel, Dios de la Redención. Este «conocimiento de la Salvación»
proviene de la Revelación y se extiende m ediante la evangelización, por la
acción del cristianismo explícito. Ambos órdenes son diversos y no están
vinculados necesariamente, de forma que podemos aplicar aquello de «ni son todos
los que están, ni están todos los que son», es decir: «ni conocen l a Salvación
todos los que la tienen, ni la tienen todos los que la conocen». Son dos ámbitos
diversos, relacionados ciertamente, que se interseccionan pero no se superponen.
Sólo el cristianismo explícito, las Iglesias cristianas, pertenecen al «orden
del conocimiento de la Salvación». Pero tanto las Iglesias cristianas como las
religiones no cristianas, y todos los seres humanos, entran dentro del orden de
la Salvación.
•Todos los humanos están elevados al orden de la Salvación.
Clásicamente se decía que todo ser humano ha sido elevado al «orden
sobrenatural», ya que el «hombre meramente natural» no pasaba de ser una
hipótesis no realizada, un «futurible». Hoy, más complexivamente, decimos que
todos los seres humanos han s ido elevados al orden de la Salvación. Todos han
sido introducidos, ya por la Creación, en el ámbito salvífico de las relaciones
con Dios. Ningún pueblo está «dejado de la mano de Dios». Su religión y su vida
toda es una relación con Dios. El «Dios de tod os los nombres»22 , el Dios
único, se siente invocado con nombres distintos desde las diversas religiones23
, y escucha y acoge con ternura su oración.
El Verbo de Dios, por el que fueron creadas todas las cosas, está presente y
actuante en cada pueblo, como herencia del Dios Creador.
•Todos los pueblos están elevados al «orden de la Historia de la Salvación».
Dios entabla con cada uno de ellos una aventura amorosa vivida en historia de
Salvación24 . Con cada uno de ellos vive su propio Antiguo Testamento. Cada
pueblo puede tener también su Abraham, su Moisés, sus profetas, sus precursores,
y por supuest o sus mártires_
Dios nunca estuvo encerrado en los estrechos límites del pueblo judío. Ello
hubiera sido una injusticia impropia de Dios25 . El etnocentrismo con el que
este pueblo captó a Dios no forma parte de la Revelación, sino, precisamente, es
una de sus parcial es limitaciones en cuanto Palabra encarnada en la cultura
humana.
La Historia de la Salvación abarca a todos los pueblos, y todos ellos tienen su
participación y su aportación en ella. Ningún pueblo está excluido. Todos hacen
Historia y hacen Salvación. La Historia de la Salvación es la Salvación de la
Historia. Porq ue no hay dos historias, sino dos formas de mirar la única
Historia, la única realidad.
•Se da una igualdad fundamental de todos los seres humanos y de todos los
pueblos ante la Salvación.
La Salvación se la apropia el ser humano por la práctica moral, buena o mala,
tenga o no conciencia religiosa explícita al respecto. La práctica moral del
bien está igualmente al alcance de todos los seres humanos y de todos los
pueblos, ayudados p or la luz de su conciencia. Dios no exige a nadie un
conocimiento de la Salvación que no le haya sido dado26 .
De hecho, como ya hemos aludido, el mensaje central de la Revelación cristiana
(el imperativo del Reino de Dios) está presente de alguna manera en todas las
religiones y puede ser percibido por el ser humano en la ley natural inscrita en
su conciencia. Y es en definitiva por la entrega de la vida a esa Causa como se
apropia la Salvación27 . La práctica moral del bien es, en el fondo, lo que
nosotros como cristianos hemos conocido como entrega a la Causa del «Reino».
Los no cristianos no tienen una inferioridad esencial ante la Salvación en
comparación con los cristianos. La diferencia es accidental. La práctica moral
del amor y la justicia28 (Mt 25, 31ss) son en todo caso el criterio único de
apropiación de la Sa lvación29 .
•El conocimiento de la Salvación no es «decisivo» para la Salvación.
Ya lo hemos venido insinuando. El conocimiento de la Salvación no es decisivo
para la Salvación. No es necesario conocer la Salvación30 para participar en
ella. No está necesariamente más cerca de la Salvación el que ha accedido al
conocimiento de su revelación31 . Muchos no cristianos pueden estar más cerca de
la santidad y de Dios que muchos cristianos. La «comunión de los santos» incluye
a «todos» los santos, incluidos los santos no cristianos, los Patriarcas
indígenas32 , los mártires de la Causa del Reino (bajo cualquier nombre o
bandera33 _). Para Dios la medida es la Salvación, no el conocimiento de su
revelación.
Más aún. A veces, los portadores oficiales de la revelación, del conocimiento de
la Salvación, han estado fuera de la Salvación e incluso han sido sus enemigos.
A veces, el Dios de la Iglesia (sobre todo el «Dios de la cristiandad») ha
estado contra el Dios de Jesús: ha predicado malas noticias, ha legitimado
imperios y esclavitudes, ha bendecido la opresión y sistemas económicos
intrínsecamente injustos, ha destruido culturas y pueblos enteros_
Por la otra parte, son incontables los hombres y mujeres que han luchado y dado
su vida por la Causa del Reino (bajo ése u otros nombres), por la dignidad y
libertad de su pueblo, combatiendo a veces contra un injusto agresor
«cristiano». Sin conocerlo por su nombre revelado, han sido mártires del Reino34
, mártires que ha hecho el cristianismo institucional actuando en contra de su
propia esencia. Es el caso de los muchos «mártires de la Causa Indígena»,
verdaderos mártires del Reino, mártires que hic imos los cristianos35 .
•No hace falta ser cristiano para salvarse.
A pesar de que ahora lo vemos tan claro en el mismo mensaje revelado, en Biblia
y particularmente en el Evangelio, la «vuelta al Antiguo Testamento» que se ha
dado con tanta frecuencia en la historia del cristianismo ha hecho que durante
siglos los cri stianos hayamos caído en ese error. Se llegó a pensar y predicar
compulsoriamente que «fuera de la Iglesia no hay Salvación», que el cristianismo
es la única religión verdadera36 ,y que fuera de ella todo es error y perdición.
Todavía hoy (!!) muchas «Iglesias» cristianas, fundamentalmente las sectas,
predican que fuera de ellas no hay salvación, que los miembros de las demás
Iglesias se condenan, o que tal otra Iglesia está en la idolatría_ Como si
estuvieran todavía en el Antiguo Testamento, siguen imaginando a Dios como
«judío», como sectario en este caso.
Pero, afortunadamente, fuera de la Iglesia hay Salvación. Es decir, fuera del
conocimiento de la Salvación, fuera del ámbito del conocimiento de la
revelación, o lo que es lo mismo, fuera del cristianismo hay Salvación, porque
ésta sobrepasa enterament e a aquél.
La propia pedagogía de Dios, que supo esperar tan pacientemente miles de años de
la historia de la humanidad, puede darnos a entender que no era para El tan
«urgente» entregar el «conocimiento de la Salvación».
•El camino ordinario de salvación son las religiones no cristianas (K. Rahner)
Es el camino «ordinario» por «mayoritario». Piénsese en la cantidad de humanidad
que ha precedido a la aparición del cristianismo o que hoy mismo queda al margen
de él. Pensar lo contrario sería pensar que, decididamente, a Dios se le escapó
su obra de las manos y fracasó.
•El misionero y la evangelización no traen «la» Salvación
Llevan simplemente un conocimiento más pleno de la misma, su plenitud, a partir
de lo que nosotros creemos ser la Revelación de la Salvación. Esta ya está
presente en los pueblos antes de la llegada de la Evangelización. La misión no
es para salvar a l os pueblos, sino para darles a conocer la Salvación, una
Salvación que ya estaba a su alcance. En ese sentido, el misionero siempre
«llega tarde». Afortunadamente, Dios y su Salvación llegan siempre antes que él.
•Las religiones no cristianas no adoran a «otro dios».
Las religiones no cristianas no adoran a otro Dios, sino al único Dios, al que
todos los pueblos buscan con las luces que tienen a su disposición y con el
impulso y la inspiración del Espíritu. Lo invocan con distintos nombres y
descubren algunas d e las inabarcables riquezas de su misterio. También,
evidentemente, pueden oscurecer su mente y desviar su vida y su conciencia por
mal camino.
Hemos de mirar las religiones indígenas (y por tanto sus libros, sus lugares,
sus ritos, sus sagrados_ y ¡cuánto más! sus pervivencias actuales) con sumo
respeto, como huellas de la presencia de Dios, como sacramentos de la Salvación
universal con quie nes hemos de entablar un «diálogo religioso»_
•El cristianismo tiene su sentido y su misión.
El que el cristianismo no tenga el sentido que a veces equivocadamente le hemos
dado, no significa que no tenga sentido en absoluto. El cristianismo nos aporta
no la Salvación, sino la plenitud de su conocimiento: el proyecto de Dios, ¡el
Reino!, el am or de Dios hecho carne y sangre, palabra y obra, historia y vida,
muerte y resurrección. Desde nuestra fe cristiana nosotros creemos que en Cristo
la humanidad ha alcanzado la cota más alta de la autodonación de Dios, de su
revelación.
El cristianismo no nos hace hijos, sino hijos más conscientes, y por eso mismo
también más cargados de responsabilidad. Lo que nos aporta el cristianismo
explícito es muy importante, aunque no deje de ser accidental respecto a la
posibilidad de salvaci ón.
Cuando en el Concilio Vaticano II se explicitó el reconocimiento de la Salvación
más allá de los márgenes de la Iglesia, muchos misioneros que habían ido a la
misión desde perspectivas teológicas antiguas se sentieron conmovidos. Ellos
habían pensado s iempre que como misioneros llevaban «la» salvación a aquellos
pueblos, y se preguntaban ahora: «si los no cristianos no necesitan el
cristianismo para salvarse, ¿qué sentido tiene la misión?».
La respuesta es clara. El fundamento de la misión no es llevar «la» Salvación,
sino su plenitud. El que el rostro y el nombre de Dios sean mejor conocidos, en
plenitud, siempre será para un cristiano motivación suficiente para entregar
generosamente su vida a la misión, aun sin considerarse «salvador
imprescindible», que sólo lo es Dios.
•Hay que entrar en el «ecumenismo del Reino».
Esta es una conclusión de cara a la acción. No basta tener las ideas claras. Es
preciso reflejar esta claridad en nuestra acción, en nuestra forma de valorar
las cosas, en un una perspectiva global nueva: la del «ecumenismo del Reino».
Debemos cada vez más medir las realidades y las distancias religiosas con la
medida del Reino, desde la perspectiva de la Salvación, omnipresente,
omniactuante, más allá de los estrechos límites del ámbito del «conocimiento de
la Salvación». Debemos pe rmanecer siempre críticamente vigilantes, para evitar
que por creernos partícipes de ese conocimiento, perdamos de vista la referencia
siempre prioritaria de la Salvación.
Debemos permanecer muy en guardia, sobre todo, a la tentación de autosuficiencia
y autoentronización en la que una religión como la nuestra puede caer al saberse
portadora del «conocimiento de la Salvación». Puede valorar más ese conocimiento
que la Sa lvación misma. Y puede por eso mismo poner sus intereses
institucionales (supuestamente en nombre del conocimiento de la Salvación) por
encima de los intereses de la Salvación misma. La dialéctica entre la Salvación
y el conocimiento de la misma es en def initiva la dialéctica entre los
intereses del Reino y los de la Iglesia, tantas veces en contradicción y tantas
veces sacrificados aquéllos a éstos.
La pertenencia a una u otra confesión cristiana, al cristianismo o no, no son ya
criterios decisivos para quien ha captado profundamente el «ecumenismo de Dios».
El proselitismo fanático que piensa que lleva «la» Salvación a los otros ya no
tiene senti do. La satanización de las demás religiones37 tampoco. La
sectarización del que juzga condenados a todos los que no son de su propia
«secta» queda ya -a estas alturas del siglo XX- definitivamente en el ridículo.
Nos debemos sentir más unidos a todos los que viven y luchan por el Reino (bajo
cualquier nombre o bandera, dentro o fuera del «conocimiento de la Salvación»),
que a los que se oponen a él, aunque lo hicieran supuestamente en nombre de la
Salvación cri stiana (contradictoriamente, claro está).
Lo que importa es la Salvación. El conocimiento de la misma, que Dios nos
entregó por la revelación tiene como fin servir a la Salvación. Pero muchas
veces, aquél conocimiento ha sido utilizado contra la Salvación misma, para
satanizar a los otros, par a justificar nuestro propio privilegio o prepotencia.
Nos hace falta una nueva visión contemplativa38 , la que nos da la fe al
redescubrir todo este panorama: ver el plan de Dios y su Salvación actuando
ecuménicamente en la historia por encima de todos los fanatismos religiosos, por
encima de todos los pr oselitismos y satanizaciones, por encima de todas las
contradicciones y autonegaciones que el propio cristianismo ha realizado en su
historia.
No es verdad que fuera de la Iglesia no hay Salvación. Pero sí lo es que fuera
de la Salvación no hay Iglesia (tal como Dios la quiere).
1 Aunque nos vamos a estar refiriendo constantemente a las religiones aborígenes
americanas, nuestra reflexión teológica incluye también genéricamente a las
religiones no cristianas.
2 Cfr J. Guillermo DURAN, Monumenta catechetica hispanoamericana, vol. I, Buenos
Aires 1984. Citado por L. BOFF, Nova Evangelização. Perspectiva dos oprimidos,
Vozes, Petrópolis 1990, pág. 31-32.
3 Cfr Los coloquios de los doce apóstoles, en Monumenta_, op. cit. 215.
4 Ibid. 187.
5 LEON PORTILLA, Miguel, El reverso de la conquista, Mortiz, México 191990,
págs. 23-28. El texto completo está recogido en la «Agenda Latinoamericana'92»,
pág. 51.
6 LEON PORTILLA, Ibid., pág. 113-121, donde está el relato completo. Un resumen
suficiente puede encontrarse en «Agenda Latinoamericana'92», pág. 74-75.
7 A. VIEIRA, sermón décimo cuarto (1633). Cfr Sermões, vol. 4, tomo 11, nº 6,
Lello & Irmão, Porto 1959, pág. 301.
8 Cfr Is 49, 15, que está referido a Israel, pero que evidentemente se debe
aplicar a todos los pueblos, que son también «hijos de sus entrañas».
9 Esta idea ha sido muy difundida sin duda gracias al influjo de la famosa obra
Cur Deus homo? de san Anselmo, pero no cuenta con apoyo bíblico y resulta muy
deficiente teológicamente.
10 «Salvación es el término técnico para expresar la situación escatológica del
hombre ya en la plenitud del Reino de Dios y en la eternidad, resucitado y
divinizado. Sin embargo, esta situación definitiva no se realiza solamente en el
término de la historia, sino que se anticipa y se va preparando dentro del
proceso histórico. Por un lado supera por completo al proceso histórico y por
eso mismo es transhistórica, pero por otro está dentro del proceso histórico_»;
L. y C. BOFF, Libertad y liberación, Sígueme, Salamanca 1982, pág. 84.
11 «La divina Providencia no niega los auxilios necesarios para la salvación a
quienes sin culpa no han llegado todavía a un conocimiento expreso de Dios y se
esfuerzan en llevar una vida recta_» (LG 16).
12 Decimos «fácticamente», para aludir a que en un sentido teologal creemos que
nadie se salva sin una real conexión con Cristo (LG 16); pero se trata de una
conexión misteriosa, trascendente, «de modo invisible» (GS 22), por una «cuasi
secreta prese ncia de Dios» (AG 9), en una forma «de sólo Dios conocida» (GS
22), «por los caminos que El sabe» (AG 7).
13 Este es el problema de las relaciones entre naturaleza y Gracia.
Evidentemente, no negamos la diferencia, y la inevitable dimensión de
discontinuidad; estamos simplemente subrayando la simultánea continuidad y la
inexorable convergencia.
14 «Cuanto hay de bueno y verdadero entre ellos la Iglesia lo juzga como una
preparación del Evangelio» (LG 16).
15 L. BOFF, l.c., pág 81.
16 Respecto al ateísmo moderno es ya un principio teológico pacíficamente
poseído desde el Concilio Vaticano II. «La Iglesia sabe que su mensaje está en
concordancia con los deseos más profundos del corazón humano» (GS 21).
17 Sobre la afirmación de una presencia de la Salvación más allá de los límites
de la Iglesia, cfr Vaticano II, LG 8, 16, 17; GS 22; AG 7, 9, 11; UR 3.
18 «El evangelio no comienza solamente con el Jesús histórico. El Logos eterno y
su Espíritu siempre estuvieron y están en acción en el mundo, haciendo fermentar
las simientes del evangelio del Padre en la masa de la historia y en todo el
proceso de la creación que asciende para el Reino definitivo de la Trinidad.
Asociándose a este evangelio difuso por el proceso histórico es como la Iglesia
romano-católica se evangeliza y se hace más auténticamente católica». L. BOFF,
l.c., pág. 61.
19 Es conocida la coincidencia total en este punto de todos los exégetas
modernos: Jeremías, Wilkens, K.L. Schmidt, Pannenberg_
20 EN 8.
21 Antonio PEREZ, El Reino de Dios como nombre de un deseo. Ensayo de exégesis
ética, «Sal Terrae», 66(1978)391-408.
22 Según la bella expresión de P. CASALDALIGA en el introito de la «Misa de los
Palenques» (de los 'Quilombos').
23 Puede ser interesante recordar que a los israelitas se les reveló sin nombre:
«Yo soy el que soy» (Ex 3, 14).
24 Sería bueno matizar: la vivencia de Israel recogida en la Biblia no es «la»
historia de «la» Salvación, aunque sea, ciertamente, y en forma eminente, «una»
historia «de Salvación». Más propiamente es la historia de la revelación
explícita de la Sa lvación. La Salvación rebasa a Israel y a la Biblia toda.
25 La misma biblia repite insistentemente que Dios no tiene acepción de
personas: Hch 10, 34; Rm 2, 11; Gá 2, 6; Ef 6,9; Col 3, 25; 1 Pe 1, 17.
26 LG 16.
27 «Siempre que los hombres, en cualquier parte de la tierra, y fuera cual fuere
su bandera, trabajan denodadamente por el triunfo de esta Causa, están haciendo
evangelización y evangelio y llevando adelante la Causa de Jesucristo. Por el
contrario, no siempre donde hay cristianismo y evangelización explícita se da
ipso facto la bondad, la liberación, la justicia, la fraternidad. Donde se da la
fraternidad, la justicia, la liberación y la bondad, allí se encarna
verdaderamente el cristianismo y se es tá viviendo el Evangelio, tal vez incluso
bajo el anonimato o bajo cualquier otra bandera.» Cfr L. BOFF, Testigos de Dios
en el corazón del mundo, ITVR, Madrid 1977, pág. 281. Aquí, de nuevo, aquello de
«ni son todos los que están, ni están todos los que son».
28 Esta palabra de Jesús ya nos estaba diciendo claramente que todos los
pueblos, «las naciones» (incluidas ahí sus religiones no cristianas) están
elevados al orden de la Salvación y al orden de la Historia de la Salvación, y
que el conocimiento de la Salvación no es decisivo para la misma_ Cfr también
los textos neotestamentarios en la misma línea, así como los textos «anticúlticos»
de los profetas_
29 «Si falto al amor o si falto a la justicia, me alejo infaliblemente de ti, oh
Dios, y mi culto no es más que idolatría. Para creer en ti, debo creer en el
amor y en la justicia, y vale mil veces más creer en estas cosas que pronunciar
tu nombre. F uera de ellas es imposible que alguna vez te encuentre, y aquellos
que las toman por guía están en el camino que conduce a ti» (Cfr H. DE LUBAC,
Por los caminos de Dios, Carlos Lohlé, Buenos Aires 1962, pág. 125).
30 Aquí entra el caso tanto de las religiones no cristianas como el del ateísmo.
31 El Evangelio mismo nos lo ha repetido un sin fin de veces: Mt 25, 31ss; Lc
10, 25ss; Mt 21, 28-32; etc. También los profetas del Antiguo Testamento de
Israel.
32 «Todas las mañanas rezo por Centroamérica, invoco a los Patriarcas indígenas,
a los pueblos indígenas masacrados y prohibidos desde la primera época, a los
pueblos negros de Centroamérica, y a nuestros profetas, a nuestros mártires_».
Cfr: P. CASA LDALIGA, El vuelo del Quetzal. Maíz Nuestro, Panamá 1988, pág. 57.
33 L. BOFF, l.c.
34 Es cecir: sin participar del orden del conocimiento de la Salvación, entraban
(y de un modo eminente) dentro del orden de la Salvación. Sin conocer Su nombre,
fueron testigos del Reino.
35 P. CASALDALIGA, Los indios crucificados. Un caso anónimo de martiro
colectivo. «Concilium» 183(marzo 1983)383-389
36 En el sentido de que todas las demás serían «falsas».
37 Hoy son las sectas las que practican esta satanización y el proselitismo,
cinco siglos después de que lo hicieran los cristianos en general.
38 «El misionero o es un contemplativo y místico o no será un misionero
auténtico. El verdadero evangelizador está imbuido de fe en la presencia
concreta de la Trinidad en cada pliegue del tejido de la historia, a pesar del
empañamiento que la perver sión humana le causa. En las formas altamente
socializadas de la vida de los aztecas, en los trabajos comunitarios de los
indios brasileños, en el sentido profundamente igualitario que se da en la
mayoría de las tribus indígenas de Brasil discierne sacram entos de la comunión
trinitaria y huellas de la presencia
Volver al principio
|